Las angiospermas y las gimnospermas son dos grupos de plantas vasculares que pertenecen a las espermatófitas o plantas con semillas.
Por un lado, las gimnospermas son plantas cuyas semillas quedan sostenidas por la hoja femenina, pero nunca encerradas en ella. Por este motivo, se dice que la semilla queda desnuda. El término gimnosperma significa semilla desnuda (gimnos à desnuda y sperma à semilla). Aparecieron hace unos 250 millones de años en la Era Mesozoica a partir de los helechos que habían colonizado el medio terrestre.
Actualmente, se conocen unas 800 especies que habitan en gran cantidad de ecosistemas, especialmente en las regiones templadas y frías. Se clasifican en 4 filos principales: Coniferophyta, Cycadophyta, Gingkophyta y Gnetophyta. Las coníferas son el grupo más abundante de gimnospermas y aquí se encuentran los abetos, los cedros, los enebros y los pinos.
Por otro lado, las angiospermas son plantas cuyas semillas quedan protegidas por una estructura denominada carpelo (ovario), y, complementariamente, se desarrollan unas estructuras de protección para ayudar a la polinización. El conjunto de esta estructura (órgano) se denomina flor y es exclusiva de las angiospermas. Este ovario se transforma en el fruto y la semilla madura en su interior. El término angiosperma significa semilla protegida (angios à protegida y sperma à semilla). Aparecieron hace unos 135 millones de años durante el Cretácico, en la Era Mesozoica.
Actualmente, existen más de 250.000 especies de angiospermas y son el grupo de plantas con mayor distribución en La Tierra. Se clasifican en 2 grupos: monocotiledóneas y dicotiledóneas. Las monocotiledóneas se caracterizan por presentar un solo cotiledón (primera hoja que sale del embrión) y las dicotiledóneas por presentar dos cotiledones.