Pinus canariensis C.Sm. ex DC.

Pino canario

Descripción. Conífera de gran porte que puede alcanzar más de 40 metros de altura, llegando en ocasiones a los 60 metros. Sin embargo, su altura promedio oscila entre los 15 y 25 metros. Su corteza presenta inicialmente un color pardo claro, volviéndose rojiza y engrosándose con la madurez del árbol. Las hojas son acículas largas, de entre 20 y 30 cm de longitud, de color verde intenso, y se agrupan en fascículos de tres. Es una especie monoica, con inflorescencias masculinas y femeninas en el mismo árbol. Los conos masculinos son pequeños, de color amarillo verdoso, y se agrupan en racimos densos en los extremos de las ramas. Las inflorescencias femeninas son de color morado y aparecen de forma aislada o en grupos de dos o tres. Las piñas son alargadas, ovoideo-cónicas, con escamas de tono pardo rojizo, mientras que los piñones son oscuros.

 

Hábitat y distribución. Es una especie endémica de las Islas Canarias, encontrándose de manera natural en El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife y Gran Canaria. Prefiere zonas soleadas y secas, mostrando una alta indiferencia al tipo de suelo. Esta especie forma extensas masas boscosas monoespecíficas.

 

Curiosidad. El pino canario presenta una notable resistencia al fuego, gracias a la gruesa corteza que protege el tronco del calor extremo. Además, cuenta con una capacidad extraordinaria para rebrotar después de un incendio, lo que le otorga un papel clave en la recuperación de los ecosistemas forestales tras eventos de fuego. 

 

Usos. Históricamente, su madera ha sido utilizada en carpintería debido a su resistencia y durabilidad.