Descripción. Árbol perennifolio de porte piramidal que puede alcanzar una altura comprendida entre 30 y 35 metros. Presenta una corteza delgada, de tonalidad gris clara. Su follaje está compuesto por hojas aciculares, gruesas, rígidas y punzantes, de color verde oscuro. Los estróbilos masculinos se disponen en la periferia de la copa, presentan una morfología globosa y exhiben una tonalidad rojo púrpura. Por su parte, los conos femeninos son de gran tamaño, de forma cilíndrica, erguidos y sésiles.

Hábitat y distribución. Especie endémica del sur de la Península Ibérica y el norte de África. En la Península Ibérica, su presencia se restringe a áreas montañosas, destacando la Sierra de Grazalema (Cádiz), la Serranía de Ronda, Sierra Bermeja y la Sierra de las Nieves (Málaga). Se desarrolla en formaciones boscosas monoespecíficas (pinsapares) o en comunidades mixtas junto a especies como Quercus rotundifolia (encina) y Quercus faginea (quejigo). Su crecimiento está condicionado por la presencia de sustratos calizos.

Curiosidad. Se encuentra catalogada como una especie en peligro de extinción (EN) según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).