Las partículas texturales del suelo, como la arena, el limo y la arcilla, se combinan para formar agregados, los cuales pueden organizarse en estructuras de mayor tamaño denominadas peds. La estructura del suelo influye directamente en procesos fundamentales como la aireación, el movimiento del agua, la conductividad térmica, el desarrollo radicular y la resistencia a la erosión. El agua es el factor más determinante en la formación y estabilidad de la estructura del suelo, ya que interviene en la disolución y precipitación de minerales, además de desempeñar un papel esencial en el crecimiento vegetal al regular la disponibilidad de nutrientes y la humedad del suelo.