La consistencia del suelo es una propiedad física que determina su resistencia a la deformación o ruptura cuando se le aplica una fuerza externa. Esta característica varía en función de su
contenido de humedad, clasificándose generalmente en dura, muy dura y suave.
La medición de la consistencia del suelo se realiza considerando tres niveles de humedad:
- Aire-seco: cuando el suelo ha perdido la mayor parte de su humedad y presenta una alta resistencia a la fragmentación.
- Húmedo: cuando el suelo retiene cierta humedad, lo que facilita su manipulación sin perder totalmente su cohesión.
- Mojado: cuando el suelo está saturado de agua y su resistencia disminuye, volviéndose más plástico o incluso líquido, dependiendo
de su composición.