El Parque Natural de Doñana es un conjunto de ecosistemas que proporcionan una biodiversidad única. Algunos de ellos son marismas, playas, dunas. De esta forma, existe una riqueza de especies de
flora y fauna que no se pueden observar en otros puntos del planeta.
Se localiza al suroeste de la Península Ibérica en la Comunidad Autónoma de Andalucía y comprende las provincias de Huelva, Cádiz y Sevilla.
Fue declarado como Parque Nacional en el año 1969. Además, es una Zona de Especial Conservación (ZEC) y una Zona de Especial Protección para las Aves, siendo por tanto, un espacio protegido por
la Red Natura 2000.
Botánicamente hablando, Doñana cuenta con más de 1.300 especies de flora vascular. Entre ellas, algunos endemismos únicos.
Uno de los principales factores físicos que provocan esa diversidad de flora es el tipo de sustrato y, es que, Doñana cuenta con una zona predominantemente arenosa localizada en el N y el O y
otra zona arcillosa en el S y el E. Además, intervienen otros factores como la salinidad, la humedad, temperatura y la distancia al agua subterránea. En consecuencia, aparecen diversas
comunidades vegetales.
En los suelos arenosos, muy próximos al mar encontramos especies que colonizan dunas como Ammophila arenaria (conocida como barrón), una gramínea de color verde claro que
alcanza el metro de altura; Armeria pungens (conocida como clavellina), una plumbaginácea con las flores agrupadas en cabezuelas de color rosa claro; Juniperus oxycedrus subsp. macrocarpa (conocida como enebro marítimo) aparece en las dunas donde atrapa la arena móvil de éstas y forma montículos
que le permiten sobrevivir al continuo movimiento de la arena. Toda esta vegetación está presente en las dunas móviles, acostumbradas al viento procedente del mar.
Si dejamos la costa y nos adentramos, encontramos una zona sin esos vientos provenientes del mar y con zonas arenosas estables que dan lugar a los cotos, con diferente vegetación
según la distancia existente desde el suelo hasta el agua subterránea.
Comenzando por la zona más elevada, hallamos Juniperus phoenicea (conocida como sabina) formando pequeños bosquetes. Si descendemos en altura, la distancia a la capa freática es
menor y, por ende, aparece otro tipo de vegetación. En este caso se correspondería a una vegetación más mediterránea donde aparecen especies como Halimium halimifolium (jaguarzo o
monte blanco de Doñana), Ulex parviflorus (tojo o aulaga), Genista scorpius (aulaga), Cistus monspeliensis (jaguarzo blanco), Rosmarinus
officinalis(romero), Thymus tomentosus (tomillo), Lavandula stoechas (cantueso) conformando el sotobosque de alcornocales (Quercus
suber), escasos actualmente, acebuchales (Olea europaea), perales silvestres o piruétanos (Pyrus bourgaeana) y, la especie leñosa más abundante, los pinares de
pino piñonero (Pinus pinea).
En las marismas encontramos unos suelos más arcillosos y limosos como cierta salinidad procedente del río Guadalquivir. Este factor (salinidad) sumado a la cantidad de agua y su
permanencia hacen que haya presentes diversas especies de flora.
Son el mayor ecosistema en extensión de Doñana.
Así, se diferencian dos tipos de vegetación: vegetación de la marisma salada y la vegetación de la marisma dulce.
Entre la zona de los cotos y las marismas se encuentra lo que denominamos vera. Es una franja estrecha donde se establece el límite entre arenas y arcillas. Por esta razón, es una zona con gran riqueza ecológica, ya que confluyen especies de flora y fauna de ambos lugares. En el límite de la marisma encontramos los juncos donde destaca Scirpoides holoschoenus (junco churrero), Juncus acutus (junco espinoso), Juncus effusus (junco de esteras), Juncus maritimus (junco marítimo) y Juncus conglomeratus (junquillo).
Cerca del límite con la marisma domina el pastizal con especies como Tolpis barbata, Agrostis stolonifera, Briza minor, Trfiloium subterraneum y Asphodelus aestivus, entre otras.
Si nos acercamos más a los cotos, pero a un nivel inferior, se desarrollan pastos sobre suelos arenosos donde destaca la especie Rumex bucephalophorus, y otras como Erodium cicutarium, Urginea maritima y Plantago coronopus.
Por otro lado, también existe bosque de galería en el borde de los arroyos donde hay especies de fresnos, sauces y álamos, además del endemismo ibérico conocido como arraclán (Frangula alnus).
También encontramos relictos de Osmunda regalis conocido como helecho real; cada vez más reducido.
Por último, tenemos endemismos como Rorippa valdes-bermejoi, Onopordum hinojense, Linaria tursica y Avellara fistulosa. Esta última, es un endemismo de la marisma dulce de Doñana que se encuentra en peligro crítico por la desecación (sobreexplotación del acuífero) y el sobrepastoreo. No se encuentra protegida legalmente.
Por favor, cambiemos el rumbo negativo que ha adoptado Doñana desde hace varias décadas. Salvémosla y protejámosla, pues es uno de los mejores 'hotspot' del planeta. Un día el ecólogo Allen M. Solomon dijo: "Una vez que una especie se extingue ninguna ley puede hacerla regresar: se ha marchado para siempre". Todavía no es tarde.
Redactado por Rubén Abad (El Rincón del Botánico).